La base de la economía mesopotámica era la agricultura y el comercio. Los principales productos agrícolas cultivados eran la cebada, el trigo, las legumbres, los olivos, las palmeras y la vid.
El Comercio era muy escaso y por lo general se tranzaba con los excedentes de cereales y lana, y se intercambiaban mediante el trueque por piedras (importadas de Elam), madera (importada de Fenicia) y metales (importados de Anatolia). La organización económica era tributaria, es decir, se exigían impuestos diarios a los ciudadanos y para evitar el fraude se calculaban las cosechas y se controlaban mediante comisiones especiales, integradas por escribas, vecinos y funcionarios del templo (el templo no solamente era para rendir culto a los dioses, también era el lugar donde se guardaban las cosechas y otros productos, y donde se administraban las tierras y los sistemas de riego).
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